jueves, 24 de mayo de 2012


Ayer vino Martín. Como no quiero confesarle que estoy en crisis, decidí no dar pena y armé un plan: todo iba a darse muy “casual”. Él iba a llegar a las 19 hs, hora en la que yo, teóricamente también estaría llegando de la productora o de algún exterior. Así que me vestí como si hubiese ido a trabajar. En verdad, quise demostrarle que la soltería estaba sacando la mujer faltal que tengo escondida en algún hueco invisible de mi guardarropa. Creo que se notó, porque me faltaban unas luces intermitentes para terminar de ser un arbolito de navidad. Limpié la casa, incluyendo el balcón, y coloqué estratégicamente pendiendo de un imán de la puerta del freezer, un papel agenda en donde me inventé actividades programadas para el resto de la semana:

“Viernes: Yoga 16 hs. Muestra de arte de segunda mano. Cena en Cleo”
“Sábado: Asado en lo de Jimena. (Llevar vino)”
“Domingo: Cine con Lau (avisar a Maxi). Reorganizar entrega del lunes”

Martín y yo solíamos hacerlo, para saber nuestros horarios. No quería que se le cruzara que estaba inactiva cargando Gatti para los felinos del vecindario. Cuando tocó el timbre lo invité a que subiera. Le abrí la puerta, monté mi mejor cara de cumpleaños sorpresa y le dije:
- Perdón, recién acabo de llegar.
- Sí, veo. Tenés la cartera puesta todavía.
Me invitó a tomar un café afuera, porque el departamento "le traía muchos recuerdos”. Por supuesto que le dije que no; lo evadí diciendo que estaba muy cansada y rápidamente le batí un instantáneo con mi super brazo Top House, antes de que insistiera con el bar de la esquina. No hablamos mucho, lo más interesante fue cuando me preguntó:
- ¿En qué andás?
- Lo de siempre. Mucho, pero mucho trabajo. Hay un auge en     
  construcciones recicladas. Explota todo, increíble. También saliendo 
  mucho, con Lau y con Maxi, ya sabés. Vamos de acá para allá. Somos
  como la perinola; arrancamos y no paramos más. No me puedo quejar,   
  ¿y vos, en qué andas?
 - Mañana me voy a México tres días a presentar las publicidades que  
   grabamos para la empresa que las financia, voy a ver si me quedo una  
   semanita y  recorro Playa del Carmen.
 - Pero qué bien, ¿vas solo, te acompaña uno de los chicos o vas con FLA?
 - Y sobre el transcurso veremos...¿Capitán cómo está?
Por ahora bien, pero miralo por última vez porque te lo hago empanada.